Cuando uno sale por la puerta del
garaje del concesionario conduciendo su coche
nuevo, lo suele hacer con una sonrisa de oreja a oreja. Es normal porque
es un momento muy bonito que hay que disfrutar al máximo. Sin embargo, detrás de
esa compra que podemos pensar que ha sido un chollo vienen una serie de gastos que nos pueden dejar tieso.
Pocos son los que piensan que mantener un coche es más caro que
mantener a un hijo consentido. En el momento de la compra no estás para hacer
números de lo que vendrá. Te centras en regatearle al máximo al comercial de
turno y duermes tranquilo si has logrado rebajar el precio final en más de 500
euros. Eso nos ha pasado a todos.
El caso es que mantener un coche cuesta en España unos 2.000 euros al año. Lo peor de todo es que más de la mitad de esa
cantidad corresponde a los gastos de repostaje. Un estudio del IDAE (Instituto para el Ahorro y la
Diversificación Energética), perteneciente al Ministerio de Industria, se ha
encargado de calcular todos esos gastos que tienen que ver con el vehículo que
nos llevará a todas partes: adquisición, mantenimiento, seguro, impuestos,
repostaje… ¡qué miedo!
¿Mejor un coche nuevo o de segunda mano?
Si compramos un coche nuevo pagaremos los costes de
transporte (entre 150 y 400 euros), el Impuesto de Matriculación (de 0 euros
para vehículos de menos de 120 gramos de emisiones de CO2, de un 4,75% si las
emisiones son de entre 121 y 159 gramos, un 9,74% si las emisiones son de entre
160 y 199 gramos y un 14,75% para los que superen los 199 gramos), el coste de
matriculación y el Impuesto de Circulación (varía de una ciudad a otra). Muchas
veces te dicen en el concesionario que esos gastos los asumen ellos, pero es mentira. Te los cuelan en el precio
final del coche que vas a comprar y se quedan tan anchos.

Seguro
El seguro es obligatorio para todo el mundo, nadie se
libra. El precio medio de un seguro a terceros en
España es de 378 euros, 426 euros el de terceros ampliado,
586 euros el todo riesgo con franquicia
y 1.053 euros para el todo riesgo sin franquicia.
La capacidad de negociación es importantísima en estos casos. Si eres joven, lo
mejor que puedes hacer es ponerlo a nombre de tu padre y declararte como
conductor ocasional. Te puedes ahorrar cientos de euros como el que no quiere
la cosa.
Combustible
Cada español se gasta unos 1.200 euros de combustible al año, cifra que en muchos
casos puede ser bastante más elevada. Elegir gasolineras low cost
como las de los supermercados Carrefour es una solución. El litro puede que
cueste lo mismo, pero luego te llevas un 8% de lo que te has gastado acumulado
en un cheque ahorro que puedes utilizar para comprar en el supermercado.
También hay gasolineras que ofrecen el precio del litro mucho más barato que
BP, Repsol y Cepsa. Las
diferencias pueden ser de más de 10 céntimos por litro, que no es poca cosa.
Otros
gastos
Evidentemente, también hay que contar con las inesperadas
averías, la querida ITV, los peajes, los gastos de limpieza, las multas y las tarifas por estacionar el coche en zonas pintadas o parkings.
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