Como ya hemos dicho en otros artículos,
lo principal es evitar conducir con estas condiciones climatológicas, puesto
que los riesgos de accidente son mayores. Sin embargo, en ocasiones, la
decisión de usar el transporte privado se torna en obligación, siendo justo en
esos momentos en los que debemos seguir esta serie de consejos:
-Si cuando vamos a
coger nuestro coche para empezar el viaje observamos que está rodeado de nieve
o incluso tapado por ella, lo primero que tenemos que hacer es acordarnos de la
paciencia. Las prisas son malas consejeras y en este caso no nos ayudarán en
nada:
-Lo primero que hay
que hacer es quitar la nieve que cubre la puerta; necesitaremos
una pala o alguna herramienta parecida. Una vez abierta la puerta, arrancamos
(importante que el tubo de escape no esté tapado) y ponemos la calefacción
apuntando a los cristales.
-Mientras los
cristales se van calentando, llega el turno de seguir quitando la nieve que
rodea al automóvil. Una vez retirada toda esa nieve (incluida la del techo, que
puede provocar caídas y deslizamientos peligrosos en movimiento) nos fijamos en
los cristales.
-Para retirar la
nieve acumulada en los cristales es necesario hacerlo con algo no metálico,
aconsejando siempre usar una pala de plástico o cualquier otro material que no
dañe las lunas. Esto tiene mucha más importancia si no tenemos la rotura de la lunas cubierta en nuestro seguro de coche. No se recomienda rociarlos con
agua caliente ya que el cambio drástico de temperatura podría conllevar la
rotura de los mismos.
-Para prevenir los
tres apartados anteriores lo mejor es intentar situar el coche en un lugar
alejado de la nieve que cae de los tejados; si aparcamos en un desnivel hacerlo
cuesta abajo, y es mucho mejor si cubrimos los cristales con alguna funda o
plástico.
-Si el trayecto lo
vamos a realizar de madrugada o al amanecer debemos extremar la precaución, ya
que son en estas franjas horarias cuando tenemos más probabilidades de
encontrar hielo.
-En caso de
necesitarlo, pon las cadenas a los neumáticos o utiliza los neumáticos de invierno. Los
neumáticos de invierno son más caros que los normales y en buenas condiciones
climatológicas tienen que ser cambiados de nuevo, sin embargo aseguran mayor
agarre y, sobre todo, mayor escape de agua gracias a que el dibujo de la banda
de rozamiento es más profundo.
-La velocidad debe
ser moderada, evitando frenazos bruscos.
-Si derrapas, deja de
acelerar, intenta no pisar el freno y gira el volante en el sentido al que se
dirige la parte trasera de tu coche.
-En caso de quedarte
atrapado en mitad de la carretera contacta con los servicios de emergencia, no
retires la nieve que se vaya acumulando sobre el coche (hace de contenedor de
la temperatura en caso de bajada extrema de la misma) y comprueba cada cierto
tiempo que el tubo de escape no está obstruido, ya que en ese caso la
calefacción en el interior podría volverse una trampa mortal.
-Antes de partir hay
que asegurarse de que el móvil tenga batería suficiente (o que tengamos el
cargador del coche), que llevemos ropa de abrigo suficiente, que el depósito de combustible esté completo, que los parabrisas funcionan correctamente, que los
neumáticos tengan la presión adecuada y que llevamos agua y/o comida.
Fuente: Balumba
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