Cada vez vemos más cerca una conducción totalmente autónoma de nuestro vehículo, con marcas como
Tesla, que apuestan muy fuerte por este futuro. No obstante, como ya se ha
podido comprobar este sistema tiene fallos que provocan accidentes y aún queda
un largo camino por recorrer. Por el momento, el conductor debe tener la máxima
implicación en carretera.
Pero, para nuestra seguridad, cada vez más se están
implementando sistemas que nos hacen conducir más fácil, más cómodo y, lo que
es importante, más seguro.
Unos de los sistemas cada vez más generalizados en vehículos
de gama media es el SVA (Sistema de
Velocidad Adaptativo), en el que podemos programar una velocidad sin
preocuparnos de exceder el límite de velocidad. Una evolución de este sistema
regula la distancia de los coches, reduciendo la velocidad si fuera necesario
de forma automática, en caso de peligro de proximidad.
También es cada vez más habitual el Sistema de Fatiga. El
sensor calcula por minuto las veces que el conductor realiza correcciones de
dirección, ya que constantemente movemos el volante para mantenernos entre las
líneas, por lo que, si el sensor detecta menos movimientos de lo usual,
interpretará que estamos distraídos, dándonos un aviso sonoro o vibración del
volante para llamarnos la atención.
Y cómo no, todo conductor ha tenido experiencias con el
retrovisor por el famoso ángulo muerto,
en el que nos giramos para ver nuestro lado si está despejado, perdiendo la
visión por completo de la carretera. Un nuevo sistema se basa en mostrarnos un
Led de peligro que se enciende cuando hay un coche en el punto muerto. Por el
momento solo está disponible en vehículos de gama alta.
A partir de aquí observamos ya los sistemas más novedosos
aún en fase experimental, como es el reconocimiento
facial. Una cámara escanea nuestro rostro, estudiando nuestros parpados,
sabiendo cuando nos encontramos cansados y avisando con un sonido o vibración
del sillón para alertarnos.
Pero aún más sorprendente es el sistema capaz de predecir la trayectoria de un objeto,
ya sea peatón, ciclista o vehículo, pudiendo frenar por completo de forma
automática si hubiera riesgo real de colisión o atropello, todo un avance
tecnológico en la seguridad vial.
El problema radica que su implementación será larga debido a
su elevado coste, siendo solo asequible a una minoría. Pero la seguridad
debería ser siempre un equipamiento de serie en todos los vehículos, independientemente
de la gama que sea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario