Si por algo se caracteriza la historia del automóvil es por su búsqueda de la seguridad. En este sentido uno de los avances más revolucionarios ha sido, sin duda, el airbag.
Te sorprenderá saber que la invención de este dispositivo data de los años 50 y que fue desarrollado por ingenieros del sector aeroespacial a partir de los trajes de algunos pilotos de la II Guerra Mundial.
Durante la contienda, algunos pilotos estadounidenses disponían de unos trajes de supervivencia que podían inflarse. Estos dispositivos permitían flotar en el agua y amortiguar los impactos. Coincidiendo con el gran auge de esta época, en la que los coches eran tecnológicamente cada vez más complejos, los tres gigantes norteamericanos (General Motors, Ford y Chrysler) invirtieron ingentes cantidades de dinero en el I+D+i de sus vehículos.
La primera patente del dispositivo se hizo en 1952 a nombre de John Hetrick. Se trataba de un primitivo balón de aire comprimido conectado a rudimentarios sensores. No fue hasta 1957 cuando Ford determinó que era necesario implantar un sistema con sensores más sensibles y sistemas de llenado más rápidos, avance que conseguiría Allen Breed en 1967.
Un resorte importante para lanzar el sistema al mercado se dio en 1970 y vino propiciado como respuesta a las nuevas normativas estadounidenses. En 1974 todos los vehículos debían contar con un sistema de retención que complementase al cinturón de seguridad. Cabe recordar que el airbag siempre es complementario y no sustitutivo al uso del cinturón.
Así, en 1971 Ford incluyó el airbag en una parte de sus Mercury Lincoln y, posteriormente, en el Oldsmobile Tornado de 1973, siendo este el considerado como primer modelo comercial con airbarg de serie. Sin embargo, estos primeros modelos resultaron precarios, llegando a ser incluso peligrosos, por lo que su obligatoriedad se retrasó hasta 1976.
Sin embargo, y pese a que esta carrera tecnológica comenzó en Estados Unidos, el salto definitivo se produjo de mano de la industria en Europa. En 1981, casi tres décadas después del primer prototipo, Mercedes Benz instalaba el primer airbag fiable en su Mercedes Clase S. Ya se trataba de un modelo muy parecido a los actuales.
Aunque no han estado exentos de polémica -el caso más famoso es el de Takata (también conocido como el ‘airbag asesino’)- actualmente algunos modelos de coche disponen de hasta nueve de estos dispositivos y son una realidad indispensable en el sector.
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