La lluvia nos puede sorprender en cualquier momento, al volante también. Afecta a la conducción y debemos extremar todas las precauciones. Según su intensidad, este fenómeno puede hacer que ir en coche suponga un peligro para nuestra vida.
En ocasiones, la cantidad de agua de las precipitaciones puede ser muy abundante en cuanto a espacio y tiempo. Esto puede ocasionar que las alcantarillas y otros sistemas de desagüe no puedan absorber el agua y se vean desbordadas. Pero pueden ocurrir hechos de mayor gravedad, como que un río aumente de manera muy rápida su cauce y se desborde afectando a múltiples zonas, entre ellas la carretera. Si en alguno de estos momentos vas en coche, debes seguir las siguientes indicaciones.
- No cruces una corriente. Aunque conozcas la zona, no atravieses un torrente de agua, ya que puedes quedar atrapado o el vehículo puede ser arrastrado por la misma. Según la DGT, la profundidad a la que un vehículo pierde el agarre y flota es de entre 40 y 60 cm.
- Sal del vehículo. Si no has podido evitar que te arrastre la corriente, abandona el vehículo. Por la puerta, hasta que puedas abrirla al igualarse la presión en caso de estar parcialmente inundado. Por la ventanilla contraria a la dirección de la corriente para subir seguidamente al techo del coche. O por el parabrisas, haciendo presión con los pies sentado en el asiento para desencajarlo.
- Permanece en el techo. En cuanto asciendas al techo del coche, no olvides coger tu móvil y llamar al 112 y/o alertar de cualquier forma. Si el vehículo comienza a moverse, deja de ser una zona segura, por lo que debemos valorar qué zona de nuestro alrededor tiene menos agua y menor velocidad.
- Nada hacia la orilla. Intenta desde tu posición nadar, siempre a favor de la corriente, hacia la orilla más cercana o a algún lugar seguro o donde agarrarte. En caso de duda, y si el vehículo no se mueve, quédate en el techo y espera la ayuda.
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