En nuestro país no es muy habitual tener que enfrentarnos a la nieve en carretera con nuestro coche, a no ser que estemos en zonas del norte peninsular o Pirineos. Pero, hay situaciones en las que nos vemos “obligados” a viajar en estas circunstancias, como pueden ser las visitas familiares en esta época del año. A no ser que nos encontremos en una situación extrema, lo mejor es posponer el viaje. Y es que, evaluación, anticipación y prevención son las tres reglas básicas a seguir antes de emprender nuestro camino. Para este tipo de casos, te damos unos consejos básicos sobre conducción con nieve o hielo para que puedas reaccionar y conducir de la forma más segura posible.
1. La comodidad es imprescindible.
Tanto la vestimenta como el calzado son claves si vamos a hacer un viaje por carreteras nevadas, ya que debemos ‘sentir’ los pedales. No es aconsejable el uso de botas con suelas gruesas. Podemos llevar unas zapatillas deportivas de uso común y, una vez en nuestro destino, ponernos el calzado necesario. En cuanto a la ropa, debemos estar abrigados por si hay retenciones en carretera y debemos pasar tiempo en el coche, pero también ligera y que permita movernos con comodidad al conducir.
2. Conducir con prudencia, no con miedo.
Circular con suavidad en carreteras nevadas es muy importante, así como no ir tenso ni nervioso en estas ocasiones. No debemos renunciar a viajar o salir de casa si hay nieve en la carretera. Lo importante es ser conscientes de que los riesgos de accidente aumentan, ya que es más fácil perder el control de nuestro vehículo.
3. Indispensable la distancia de seguridad.
En caso de circular con el asfalto cubierto de nieve, la distancia de seguridad debe hacerse mucho más grande, ya que en estas condiciones las frenadas se alargan mucho más. Y con las luces siempre encendidas en estos casos para aumentar nuestra visibilidad.
4. La importancia de los neumáticos.
Las ruedas de nuestro vehículo son nuestro mayor seguro si conducimos con nieve o hielo. Si colocamos unos “neumáticos de invierno”, con la presión necesaria, nos asegurará una mayor precisión en frenadas sobre nieve.
En caso de perder el control del coche en una carretera nevada, lo primero es levantar el pie del acelerador para que las ruedas delanteras tengan más peso y consigan un mayor agarre.
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